“Yo me las arreglo solo con el Excel… hasta que me llega el vencimiento del IVA y no sé ni por dónde empezar.”

Muchos emprendedores empiezan así. Y está bien.
El problema no es “no saber contabilidad”. El problema es no darse cuenta cuándo se vuelve insostenible seguir solo.

Y aunque creas que lo tienes bajo control, si te identificas con alguno de estos puntos… es momento de pedir ayuda.

 

5 señales de que ya no puedes seguir improvisando

 

1. Tienes ventas, pero no sabes si ganas o pierdes

Si al final del mes no puedes responder con certeza cuánto te queda… ya no estás gestionando, estás adivinando.

 

2. Dejas todo para “cuando tenga tiempo”

¿Postergas revisar tus números? ¿Te estresas cada vez que hay que declarar impuestos o pagar sueldos?

Señal clara de desorden acumulado.

 

3. Usas más de 3 planillas (y todas están desactualizadas)

Una para ingresos, otra para gastos, otra para cotizaciones… y ninguna con datos reales.

Necesitas una sola fuente de verdad.

 

4. Le tienes miedo a revisar tu cuenta

Si abres el banco con nervios o esperas “el lunes” para revisar lo que debes, estás trabajando en modo supervivencia.

Y eso te cobra factura emocional y financiera.

 

5. Sientes que trabajas mucho… pero tu negocio no avanza

No es por falta de esfuerzo. Es porque no estás viendo con claridad cómo se mueve tu dinero.

Y eso te impide tomar decisiones que realmente hagan crecer tu negocio.

 

¿Qué puedes hacer hoy mismo?

✔ Reconoce si estás en alguna de estas señales.
✔ Revisa si tu Excel realmente te ayuda o solo te confunde.
✔ Pide ayuda antes de que el desorden se convierta en deuda.

 

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Pedir ayuda no es un gasto.
Es una inversión para recuperar el control (y tu tranquilidad).